Los bosques son símbolo de vida, prosperidad, magia y encanto. Líneas, texturas, curvas, follajes, geometrías de
ensueño y múltiples colores generan un paisaje fantástico. La enorme belleza de los bosques mexicanos es material
suficiente para editar miles de libros, lo mismo que la vasta cultura que generan sus 11 millones de habitantes.
Además son generadores de grandes beneficios: capturan dióxido de carbono, lo que regula el clima y combate
el cambio climático, mejora los suelos, son hogar de miles de especies, ayudan a la captación de agua y son fuente
de riqueza. De ellos se obtienen un sinfín de maderas y otros productos como resina de pino, látex, ceras, cortezas, aceites, hule y cientos de frutos, entre otros. Sin lugar a dudas, México debe de ser líder y ejemplo mundial en materia forestal: cuidado, conservación, aprovechamiento y cambio climático. Sus bosques son guardianes de un patrimonio cultural con una de las mayores riquezas en términos de diversidad biológica.
En aras de tener crecimiento económico sostenido, en el que los recursos naturales generen beneficios para el
país a partir de su aprovechamiento sostenible debemos, entre otras acciones, acelerar la transición energética hacia
fuentes de energía limpia, desarrollar modelos de ciudades sostenibles, impulsar mejores prácticas tanto agropecuarias como forestales y, por supuesto, generar un conocimiento compartido con todos los actores de la sociedad. Foresta Mexicana es un valioso ejemplo de la belleza e importancia de nuestros bosques, a los cuales debemos cuidar pues nuestra vida y nuestro futuro dependen de ellos.